REPORTAJE A ROY CORTINA. Fuente: Noticias Urbanas.

ROY CORTINA, DIPUTADO NACIONAL DEL PS
 

“Me parece perfecto que Pino se haya postulado a senador”

Revela que las negociaciones entre el FAP y Proyecto Sur avanzan a paso firme de cara a 2013 y que su espacio planea convertirse en la segunda fuerza de la Ciudad,capitalizando el descontento opositor. Desde la alianza, cree, no van a postularse infantilmente como los anti-Macri.

Por Laura Di Marco



“Cuando no hago política estoy haciendo política”, bromea el socialista Roy Cortina cuando le pregunto qué hace en sus ratos libres, cuál es su hobby. La respuesta es en chiste, pero, luego de entrevistarlo, me parece que tiene mucho de real. La espada socialista de Hermes Binner en la Capital tiene un perfil muy distinto a su jefe político, que más bien parece lo que es: un tranquilo médico de provincia.

Cortina, en cambio, habla rápido, defiende cada punto, confronta, acuerda, vuelve a confrontar. Y es muy probable que la política sea, para él, una pasión que también ocupe sus ratos libres.

Revela que las negociaciones entre el FAP y Proyecto Sur avanzan a pasos agigantados, de cara a una alianza en la Ciudad en 2013. “Aspiramos a que la Ciudad se divida en tercios, y que uno de ellos sea el nuestro”, dirá en la charla con Noticias Urbanas, donde reveló detalles del acuerdo en ciernes con Pino Solanas. Y anticipó que le parece “perfecto” que Solanas ya se haya lanzado como candidato a senador porteño. “En caso de concretarse una alianza, las candidaturas se discutirán en el marco de un frente.” Por caso, él también se postula para el mismo cargo, dice.

Puertas adentro, la fuerza de Binner hace cuentas: el Frente Amplio Progresista baraja convertirse en la segunda fuerza en el territorio porteño captando a aquellos votantes que alguna vez votaron al Frepaso, al radicalismo o incluso esos liberales progresistas que, en palabras de Cortina, “votan a Mauricio Macri para no votar al kirchnerismo”.

–Muchos critican al FAP porque acompañó muchas posiciones del gobierno y pareciera difícil encontrar una tercera posición, por así decirlo, en un país tan polarizado. ¿Hay lugar para los matices en ese 46 por ciento que no votó al kirchnerismo?

–A esa construcción apostamos. El PS es un partido con personalidad. Y te recuerdo que Binner sacó 4 millones de votos, y le ganó en la provincia de Buenos Aires a, por ejemplo, Eduardo Duhalde y Alfonsín, algo que nadie podía suponer. A mí, por ejemplo, muchas veces me recuerdan como algo negativo que apoyé la Ley de Medios. Y la verdad es que cuando la apoyamos había muchos puntos que cuestionamos en la votación particular –que son justamente los que hoy están en disputa–, pero la ley era buena en general. Ahora, también es cierto que las cosas cambian. La situación de hoy no es la misma que cuando esa ley u otros proyectos del oficialismo se discutieron.

–¿Por qué ninguna fuerza política puede capitalizar el descontento de las cacerolas?

–Eso es mentira, lo instalan los medios. Binner sube en todas las encuestas, y no precisamente en las que nosotros encargamos, porque no tenemos plata para hacerlas. En las últimas elecciones conseguimos representación en muchos distritos, como Capital, Córdoba, la provincia de Buenos Aires, Santa Fe. Y nuestro valor agregado es que gobernamos Rosario desde hace 22 años. Esa es la ventaja que tiene el socialismo: experiencia de gestión.

–De cara a 2013, ¿FAP y Proyecto Sur, o viceversa? En otras palabras, ¿habrá problemas de cartel?

–No, para nada. Pueden ser intercambiables esos nombres.

–¿Ayuda para generar una alianza que Pino ya se haya lanzado?

–Me parece perfecto que Pino se haya lanzado, lo cual no implica que yo banque a Pino. Y no lo hago, entre otras cosas, porque yo también soy candidato a senador y voy a postularme públicamente dentro de poco.

–¿Entonces?

–Y entonces se resolverá en el marco de un frente, de un modo orgánico. Habrá además tres listas y espacio para todos: legisladores, senadores y diputados. Aspiramos a duplicar la representación parlamentaria.

–¿Qué error no repetiría, en caso de concretarse esa alianza de centroizquierda?

–Volver al infantilismo de izquierda de postularse como lo anti-Macri. Con Pino, además de las candidaturas, es muy importante avanzar en lo programático. Es muy importante que tengamos propuestas sólidas para esta ciudad y de ese modo salir de la mediocridad de esta gestión. En Rosario ya lo hemos hecho.

Hasta hace poco vivía en un barrio porteño que figura en pocos mapas: Santa Rita, de la Comuna 11. El pequeño barrio está entre Villa del Parque, Villa Mitre y Flores. “Me encantaba vivir en Santa Rita, pero tuve que mudarme por cuestiones familiares. Yo mismo ubiqué el barrio en la Comuna 11”, y vuelve a bromear: “Lo triste es que a los vecinos de Santa Rita les cuesta reivindicar la pertenencia y siempre dicen que viven o en Flores o en Villa del Parque, dependiendo de si quieren tener un perfil más popular o más adinerado”.

Está casado y sin hijos con una abogada, militante del PS, y, según relata, vive en un departamento alquilado sobre la avenida Santa Fe. La función paterna la ejerce con sus dos perras: “No sabés lo que son, miralas en Facebook”, dirá, como hacen los padres orgullosos.

–En el conflicto salarial con las fuerzas de seguridad, en las redes sociales, los caceroleros cuestionaban a la oposición por haber firmado un documento de apoyo a la democracia junto con el Gobierno. ¿Eso revela un perfil más antipolítico entre los caceroleros?

–Te diría que el 46 por ciento que no votó a Cristina es polipolítico y, por otro lado, tampoco el 54 por ciento es un bloque compacto. Hay muchos votantes de Cristina, por ejemplo, que nos votarían porque nos identifican como una oposición razonable. El doble discurso del gobierno está cansando a muchos; no tiene una posición nítida.

–¿Qué sería una posición nítida?

–Y… no se puede venir al Congreso, como lo hizo el ministro (sic) Kicillof, a bajar línea sobre el keynesianismo y después presentar un presupuesto que es lo contrario al progresismo, donde se presenta una previsión de gasto para ayuda social que dista de ser suficiente. No se puede decir que se lidera un proyecto popular para luego sacarse una foto con directivos de la Barrick Gold. Hay que ser coherentes, y el socialismo lo es.